La diputada Honoria Arellano Ocampo (PVEM) solicitó convocar a las personas titulares de los 125 ayuntamientos para que, en coordinación con asociaciones de establecimientos mercantiles, distribuyan gratuitamente, en las unidades económicas dedicadas a preparar y servir bebidas alcohólicas, la pulsera ‘centinela’, a fin de detectar bebidas adulteradas y garantizar la salud pública y la integridad de las personas que acuden.

Al exponer su punto de acuerdo, la proponente puntualizó que la pulsera es un dispositivo creado en España que puede detectar sustancias químicas dañinas en las bebidas, como burundanga, ácido lisérgico, ketamina y éxtasis líquido.

Detalló que este aparato integra un código QR (Respuesta Rápida, por sus siglas en inglés), el cual, al ser escaneado, proporciona información sobre las sustancias detectadas y permite la comunicación con servicios de emergencia, incluyendo la geolocalización de la persona usuaria.

La legisladora lamentó que el consumo de bebidas alcohólicas adulteradas represente una amenaza creciente a la salud pública, pues compartió que cualquier persona que asista a bares, fiestas o discotecas corre el riesgo de que su bebida sea manipulada con sustancias psicoactivas o químicas.

Puntualizó que estas adulteraciones provocan la intoxicación para facilitar delitos como agresiones sexuales, robos, secuestros y extorsiones; causando daños físicos o la muerte.

Agregó que, en 2020, al menos 195 personas fallecieron por intoxicación con bebidas adulteradas, en 11 entidades de México (de acuerdo con la Comisión Nacional de Adicciones); mientras que, en el Estado de México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios decomisó, en 2016, más de 359 mil 49 litros de bebidas adulteradas sin registro sanitario.

Asimismo, que en 2023 más de 30 jóvenes resultaron intoxicados en un bar de Ciudad Satélite, Naucalpan de Juárez, y que, en febrero del mismo año, un joven falleció tras ingerir alcohol adulterado en un establecimiento de Toluca.

Por lo anterior, la proponente resaltó que la pulsera es una herramienta útil, aunque reconoció que no elimina completamente el riesgo, por lo que, aseveró, la prevención y la responsabilidad individual siguen siendo cruciales.