Comunicado 687

23 de Abril 2025

Impulsa GPPVEM trato digno en comercialización de seres sintientes

  • La propuesta del diputado Héctor Raúl García, del Grupo Parlamentario del PVEM (GPPVEM), busca mejores condiciones para los seres sintientes en los establecimientos de venta.
  • Además, se propone que se expida un certificado de que el ser sintiente no tiene una malformación.

A través de reformas al Código para la Biodiversidad estatal, el legislador Héctor Raúl García González (PVEM) propuso regular la venta de seres sintientes para garantizar el respeto a su dignidad, proteger la salud pública y salvaguardar la biodiversidad, con la cual busca “hacer justicia a quienes no tienen voz”.

Con la propuesta, los establecimientos comerciales, ferias, bazares, mercados públicos, criaderos y lugares de exposición que vendan seres sintientes deben tener comida suficiente y adecuada, agua y espacios para su correcto desarrollo; expedir un certificado de venta autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible con garantía de libre displasia (malformación de la articulación) de cadera y calendario de vacunación; y contar con personal capacitado para el cuidado de los seres sintientes y una persona médica veterinaria.

Al explicar su iniciativa, el proponente destacó que se plantea prohibir la venta de especies a menores de edad, si no están acompañados por una persona mayor que se responsabilice de su adecuada subsistencia, trato digno y respetuoso, así como adicionar la prohibición de venderlos en vehículos, la cual se sumaría a la de hacerlo en la vía pública.

Además, se impediría la comercialización de seres sintientes mutilados con fines estéticos; y se sustituiría el término de ‘animales’ por ‘seres sintientes’ en el cuerpo normativo.

“Hoy reconocemos a los animales como seres sintientes, pero esto puede resultar incongruente cuando miles de ellos son exhibidos en jaulas oxidadas, vendidos como si fueran objetos, criados en espacios clandestinos que priorizan la ganancia sobre el bienestar. Esta práctica tan cotidiana resulta alarmante, pues es el reflejo de una cultura que ha normalizado el maltrato y la deshumanización”, subraya el documento.

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