A propuesta de la diputada Martha Azucena Camacho Reynoso (morena), presidenta de la Directiva, el Congreso mexiquense aprobó la declaratoria de la técnica artesanal para la elaboración del molinillo y los artículos de cocina de madera del municipio de Rayón como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de México, por lo que su fomento, conservación, promoción, patrocinio y salvaguarda será considerado de orden público e interés social.

De acuerdo con la iniciativa, el ayuntamiento de Rayón, por conducto de la Secretaría de Cultura y Turismo, deberá promover las medidas que garanticen la viabilidad de este patrimonio, lo que incluye su protección, impulso, conservación y transmisión.

También considera que, en coordinación con organizaciones de la sociedad civil, el gobierno municipal deberá impulsar las acciones necesarias para la promoción y preservación de este patrimonio, de acuerdo con la disponibilidad presupuestal.

Ante personas artesanas y vecinas de este municipio, la proponente explicó que la aprobación no sólo garantiza la continuidad del conocimiento artesanal, sino que impulsa la capacitación, la difusión cultural, la creación de rutas turísticas y de espacios donde visitantes puedan conocer, admirar y valorar este arte único.

Explicó que esta técnica se remonta a las tradiciones de los pueblos mesoamericanos, que dominaban el uso de instrumentos para espumar el cacao, bebida sagrada asociada a la fertilidad y la vida, así como que se popularizó durante la colonia, al aportar textura a la presentación del cacao, el champurrado o el atole.

Durante la sesión deliberante, en la que se presentó una muestra de esta técnica, la legisladora precisó que la elaboración del molinillo inicia con la selección de madera de cacahuananche o aile, la cual se coloca en un torno de violín —operado con pies y manos— o en un torno eléctrico; ambos con un proceso carbonizado; es decir, sin tintes, pues todo el decorado proviene de la fricción.

Durante este torneado se labran los anillos, cuyo diseño permite introducir oxígeno a la bebida, lo cual es esencial para generar espuma.

Subrayó que este proceso no se desarrolla en fábricas ni en líneas de producción mecanizadas, sino en talleres familiares, lo que lo convierte en un acto de resistencia cultural. Su preservación constituye, por tanto, un deber moral y un compromiso tanto con quienes han dedicado su vida a este oficio como con quienes lo continuarán en el futuro.

La congresista Sara Alicia Ramírez de la O (PT) felicitó a la autora de la iniciativa por visibilizar y permitir apreciar el trabajo y la destreza de las personas artesanas que elaboran este objeto, a quienes reconoció por mantener vivas las tradiciones mexiquenses.